Miles de personas presenciamos el gran espectáculo de la Pequeña Gigante. Y es que imposible haber quedado indiferente a esta invitación particularmente fantástica:
!Una pequeña Gigante llegará a nuestra ciudad en busca de un rinoceronte africano, que perdido y asustado se escondió en la capital!
-Yo lo escuché y no lo creí, hasta que me informé, !y era cierto!, desde entonces no paré de hablar de ello. (Creo que fue un regalo de cumpleaños).-
Fue así como durante tres días, la pequeña caminó por nuestra ciudad dejándonos a todos con la sensación de ser tan pequeños como niños, niños curiosos, que no podían perderse el espectáculo.
Y todos soñamos, y todos volamos con ella. La seguimos, la aplaudimos, quisimos tener la mejor foto, la mejor posición para verla, y todo para no olvidar, porque ella era bella y su historia transgredió toda nuestra realidad y nos hizo volver a la fantasía. Y es ahí donde estuvo el Gran Espectáculo: nuestra ciudad viva y de colores, y todos secillamente felices.
Yo nunca olvidaré que alguna vez una marioneta gigante y una subreal historieta nos trajo tantas emociones, tanta felicidad... y espero que ojalá un día vuelva. (Y yo tenga a un pequeño para ponerlo en mis hombros y que vea a la Pequeña Gigante).
El Gran Espectáculo
lunes, 29 de enero de 2007
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